La lucha de la abeja y la hormiga

Por Laura Escobar Montoya

Un día soleado estaba con mi padre y nos llamó la atención, al lado de la puerta del vecino un enjambre de abejas angelitas volando por allí, nos acercamos para observar con más detenimiento. Vimos que habían encontrado en este punto su nuevo hogar y estaban ultimando los detalles construyendo, lentamente, la piquera de su colmena (que es la entrada de cera a su nido).

Abejas angelitas en piquera

Hubo un momento en que percibimos una escena que nos llamó bastante la atención: una de las abejas se posa en el suelo y pocos segundos después, rápidamente, se acerca una hormiga que la toma como prisionera, decidida a llevársela a su hormiguero. La abeja no iba a permitir que su raptora se la llevara cautiva sin luchar y empezó a forcejear para poder zafarse, pero al mismo tiempo la hormiga ponía todo su ímpetu para poder trasladar su festín a casa.

Esta batalla de supervivencia entre hormiga y abeja duró algunos segundos, hasta que algo sorprendente sucedió: de alguna manera la pequeña alada pudo alzar vuelo con la hormiga aún agarrada a ella y aterrizó en el muro, a unos centímetros de la entrada a su hogar con su agarrada captora. Al parecer, luego de dos o tres segundos, la abejita se dio cuenta que ponía en riesgo a sus hermanas y decidió marcharse con la hormiga a cuestas.

Al final de esta historia no volvimos a saber de la suerte de la una o de la otra.

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