Con amor por las plantas convierten basurero en un hermoso jardín

 

Por Jota y Laura Escobar 

En Nutibara, en la calle 32 A con la carrera 65, la zona verde contigua al colegio Fátima Nutibara, que, por no tener doliente, había sido convertida en un basurero por personas que tienen poco sentido de pertenencia por el lugar donde viven. Ese lugar no sólo era un depósito de basura desagradable a la vista, sino que era un foco de malos olores, de insectos y de roedores que completaban un panorama muy poco atractivo para los vecinos y para quienes por allí transitaban a diario.
Claudia Benites inició un jardín para convertir un lugar desagradable a la vista un lugar más bonito y llamativo a la vista. Al ver ese andén tan sucio pues “muchas personas tiraban escombros, la basura y el sendero no se podía utilizar”, según dice Claudia, gestora del Jardín quiso hacer algo para mejorar el sector. Ella vio que su vecino del segundo piso trataba de limpiar y se ofreció para ayudarle y empezó una siembra de jardín en la zona verde correspondiente al muro del colegio. Cuando el vecino del segundo piso se mudó, ella continuó con la labor.

 

Nelson Castrillón es un habitante del barrio, desde hace varios años vivía cerca a la iglesia de Fátima y le gusta mucho caminar por el cerro Nutibara y cuando iba a caminar al cerro, pasaba por allí. Su paso se volvió obligado por la admiración por el jardín, pues también ha sido un amante de las plantas, un día se decidió y le habló a Claudia y empezaron a compartir su amor por las plantas, así, Nelson se convirtió en un colaborador comprometido con ese Jardín. Tanto fue el amor de Claudia y Nelson por esas plantas que se enamoraron y hoy conforman una hermosa pareja que cuida de todas esas plantas ornamentales.

 

Los esposos Nelson y Claudia dedican todos los domingos a cuidar el jardín, “Si los domingos nos dedicamos a cuidar el jardín, nos gusta mucho” dice Claudia. La señora de enseguida le dijo a Claudia que si quería pusiera materas en el andén correspondiente a su casa por lo que ya está casi toda la cuadrada adornada con materas como aquellos patios enormes de las casas de los abuelos y realmente se ve muy bonita la cuadra.  Además, hay personas que le traen matas, o le donan materas o tierra para contribuir con la labor de Nelson y Claudia. No falta, también, el inescrupuloso que se lleva alguna materita, dejando tristeza en las personas que la cuidan ya que le tienen cariño a cada una de sus plantas.

 

 

Hoy podemos ver que muchas de las plantas tienen su nombre rotulado en la matera y esto llama la atención de los que por allí transitan y le pregunta inclusive que si vende plantas.
ES admirable la labor de esta pareja que con un poco de amor por la naturaleza y sentido de permanencia convirtieron un feo basurero en un bello jardín y transformaron el entorno de una cuadra y son orgullos del barrio.